Carl Philipp Emanuel Bach

emmanuel bachRecordamos a Carl Philipp Emanuel Bach (1714-1788), uno de los compositores más influyentes de su generación, en el 225 aniversario de su fallecimiento

Quinto de los hijos de Johann Sebastian Bach (1685-1750) fue adiestrado por su padre y estuvo al servicio de Federico I el Grande (1712-1786) , en Berlín, entre 1740 y 1768. Después fue nombrado director musical de las cinco iglesias principales de Hamburgo. Entre su abundante producción de oratorios, canciones, sinfonías y música de cámara, destacan sus obras para clave. En 1742 publicó las sonatas Prusianas y en 1744 las sonatas de Württemberg. Ambas series contenían seis sonatas en un estilo totalmente nuevo y ejercieron una fuerte influencia sobre los compositores posteriores.

El clavicordio y el nuevo estilo expresivo

El instrumento favorito de Bach no fue el clavecín sino el clavicordio, más suave e íntimo y con capacidad para delicados matices dinámicos. Este instrumento tuvo un breve período de esplendor en Alemania a mediados del siglo XVIII antes de la aparición del pianoforte. Las últimas cinco sonatas de Emanuel Bach (1780-87) fueron escritas para clavicordio igual que muchas de las piezas posteriores de Willhelm Friedmann Bach (1710-1784), hijo mayor de Johann Sebastian.

Las características técnicas del nuevo estilo expresivo podemos encontrarlas en la cuarta de las sonatas publicadas por Emanuel en 1779, bajo el título de ‘’Sonatas para conocedores y aficionados).Concretamente en el segundo movimiento, poco Adagio, que comienza con un motivo cantable que concluye en una apoyatura resuelta sobre un tiempo débil. Toda la ornamentación esta basada en mordientes, grupetos y trinos, es decir, con ‘’galanterie’’.

Los múltiples esquemas rítmicos van cambiando constantemente, puntillos, tresillos, escalas asimétricas de cinco y trece notas. Todo ello dota a la música de un carácter inquieto, efervescente.

La transición hacia el relativo mayor nos muestra la unión perfecta entre el sentimentalismo y el estilo galante, muy típico de Bach.

Tras un movimiento cromático muy delicado, los sonidos no pertenecientes a la armonía, especialmente las apoyaturas, aseguran el interés. En este caso la ornamentación sirve a determinados fines y no es un simple accesorio de la expresión.

Ornamentación dentro de una cierta medida

A pesar del concepto de sencillez o naturalidad del siglo XVIII, la ornamentación no estaba de ningún modo excluida pero los compositores trataban de mantener los adornos dentro de ciertas proporciones. En el estilo expresivo a menudo se utilizaba el elemento de la sorpresa, con bruscos desplazamientos de la armonía, extrañas modulaciones y giros melódicos inusuales. También abundaban los cambios de textura y los acentos sforzando.

Todas las características subjetivas del estilo expresivo alcanzaron su culminación durante 1760 y 1770.

En sus obras instrumentales, Emanuel Bach introdujo secciones de diálogo musical y pasajes de recitativo. Testimonios de la época nos relatan que el público se conmovía profundamente con sus improvisaciones al teclado, algo que ha trascendido a través de sus fantasías, que recuerdan a las de su padre y al mismo tiempo miran hacia las fantasías para piano de Mozart e incluso a los pasajes improvisatorios de las sonatas de Beethoven.

Los tiempos en forma sonata de Emanuel Bach carecen muchas veces de dos temas diferenciados. Y cuando se encuentran esos dos temas rara vez hay un contraste real entre ellos. El ideal de Bach, y el de los compositores del norte de Alemania, era la unidad de clima y material. Por ello los temas comienzan a desarrollarse una vez expuestos y la sección de desarrollo de la sinfonía clásica-tipo es bastante breve.

La mayor parte de sus sonatas tienen tres movimientos.. Allegro (o Allegretto), Andante y Allegro. A veces el Andante queda reducido a un mero puente entre los dos movimientos rápidos.

Emanuel publicó alrededor de 1760 su ‘’Ensayo sobre el verdadero arte de tocar los instrumentos de teclado’’, el tratado de ornamentación más importante de mediados del siglo XVIII que, al igual que el tratado sobre la flauta de Johann Joachim Quantz (1697-1773) constituye un extraordinario documento sobre el pensamiento y la práctica musical de este período.

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